Era finales del año 2010. Yo ya había creado un par de sitios webs y con ellos había creado un micro portafolio. Quería aumentar mis ingresos y comencé a buscar más clientes.
Me preparé con mi portafolio bien presentable («presentable»: en el home tenía un slider con unos memes):
Formulario de contacto, check.
Correo corporativo check.
Telefono celular, check.
Pero… sí quiero dar una buena impresión, necesitaba un número local para que los potenciales clientes creyeran que era una sede física, por lo tanto una empresa grande y con experiencia.
No tenía el dinero para comprar linea + equipo, así que me endeude para comprarlo, total con lo que tenía planeado ganar iba a poder pagar eso fácilmente (primer red flag).
Sentía que necesitaba dos teléfonos para atender la avalancha de llamadas. ¿Iba a ser capaz de atender a todos? Uff, ¡Esperaba que sí!
Mi idea mágica para la avalancha de clientes era: publicar un anuncio clasificado en el periódico local (Panorama, segundo red flag).
Contacté al periódico local, y el anuncio clasificado en cuestión fue este:
Hay miles de búsquedas en internet ¿Esta tu empresa o servicio en los resultados? Te brindamos todas las soluciones en diseño web y gráfico.
Nótese mi buhonerismo digital ofreciendo «todas las soluciones» en algo que apenas dominaba, y otro que pensaba dominar (Diseño Gráfico) porque sabía Photoshop.
El día que salió por supuesto que compré el periódico (aún tengo el recorte en casa de mis padres), y estaba feliz.
Mi potencial cliente apenas tenía que buscar entre cientos o miles de anuncios de venta de casas, carros, damas de compañía, funerarias y cosas usadas. ¡Y ahí estaría yo justo después!
El día transcurrió, y aún recuerdo exactamente la cantidad de personas que me llamaron, fue un número redondo: CERO.
Devastación total, mi plan infalible de conseguir clientes había fallado inmediatamente.
Sin embargo, al día siguiente me llegó una llamada a través del anuncio que le daría vuelta a todo y me haría ganar mucho dinero (pero no lo sabría hasta años más tarde).
Si te fijas bien en mi súper anuncio, hablaba de búsquedas. La persona que me llamó, me preguntó que si podía posicionar su web para que apareciera de primera en Google.
Yo quedé como que «khé, ¿eso no se pone ahí sola?» así, aparte de que nadie me llamó, el único que lo hizo, se dio cuenta que yo no sabía mucho.
Actualmente todos los pasos que hice me parecen absurdos, pero me sirvieron de valiosa lección (así conocí lo que era el SEO, y empecé a aprender un poco).
